martes, 1 de mayo de 2012

En Guanajuato, 18 feminicidios en 4 meses

 Periódico La Jornada          Martes 1º de mayo de 2012, p. 35
Irapuato, Gto. Monserrat Reyes, de 19 años, fue violada, golpeada y estrangulada. Su cuerpo desnudo fue abandonado en un paraje de la entidad y localizado por autoridades policiacas. Con ella suman 18 feminicidios en la que va del año en la entidad. El cuerpo de la vendedora de periódicos fue tirado en un terreno baldío entre las colonias San Carlos y Los Paraísos. Tras el hallazgo, personal de la Procuraduría de Justicia del estado detuvo a dos hombres por su presunta participación en el feminicidio. En 2011 fueron asesinadas 54 mujeres, un 20 por ciento más que en 2010. En la mayoría de los casos los cuerpos han sido desnudados y dejados en la vía pública, según información del Centro de Derechos Humanos Victoria Díez. El 26 de mayo pasado, el Congreso local aprobó la tipificación del delito de feminicidio, que se castiga con penas de 25 a 35 años de cárcel y se comete cuando la víctima de homicidio sea mujer, la incomuniquen o violenten sexualmente, cuando sea vejada o mutilada, o haya existido violencia intrafamiliar del activo contra ella. “Nos encontramos frente a un tipo penal inoperante y lo único para lo que tiene efectos es para decir que el feminicidio ha bajado o ya no existe en el estado”, lamentó Ángeles López García, directora del centro Victoria Diez.

No hay plazo fatal para aplicar la evaluación universal: SNTE

La Jornada   Martes 1º de mayo de 2012, p. 23
La cúpula del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) está preparada ante cualquier escenario por las diferencias que mantiene con la Secretaría de Educación Pública (SEP) sobre la evaluación universal.
Por otra parte, en el contexto de la celebración del primero de mayo –último Día del Trabajo durante la gestión de Felipe Calderón– los institucionales del SNTE se movilizarán en la mayoría de las entidades del país. Aunque tomar las calles nunca han formado parte de su estrategia, por el acuerdo que su dirigencia ha sostenido con el régimen en turno, en esta ocasión sí saldrán a manifestarse.
En la capital del país las secciones 9, 10 y 11 realizarán un mitin a las 9 horas frente a la sede de la SEP para exigir el cumplimiento de los compromisos de la evaluación universal, aumento salarial –trascendió que la SEP ofreció al sindicato un aumento de 4.2 por ciento, el cual fue rechazado, porque buscan superar el 4.75 por ciento otorgado en 2011– la rezonificación de homologados y el abastecimiento de medicamentos.
Luego de una reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de la organización encabezada por Elba Esther Gordillo, los asistentes señalaron que estarán preparados para cualquier determinación que se tome para arribar a este proceso de evaluación universal, programado para el 24 de junio.
En lo que fue la segunda reunión del grupo de trabajo SEP-SNTE en torno a dicho examen, la representación sindical, informó que el 24 de junio no es una fecha fatal, pero existe el espíritu de llegar a un acuerdo en los próximos días que nos permita caminar juntos.
El coordinador del SNTE en dicha comisión, Ismael Valdés, indicó que en términos generales vamos bien y acordaron reunirse este jueves para continuar con los trabajos.
No obstante, señaló que tanto el sindicato como la secretaría mantienen sus posturas. Para el gremio de maestros no existen las condiciones para realizar la prueba en la fecha programada, mientras que la SEP sostiene lo contrario.
Insistió en que la dependencia incumplió con los compromisos pactados, entre ellos, la ausencia del diseño de los trayectos formativos, la falta de autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y añadió que los planes y programas de la Reforma Integral de Educación Básica (RIEB) no son conocidos por la mayoría de los maestros.
Ayer, a las 22 horas cerró el plazo para el registro de maestros a la evaluación universal sin que se diera a conocer el número total de los participantes. La semana pasada La Jornada informó que de 550 mil maestros de primaria en el país, sólo 165 mil se habían inscrito en el proceso.

Elba Esther Gordillo advierte cuarteaduras en los cimientos de su imperio: Asombro, desesperación… y tragedia

RENÉ DELGADO Sobreaviso
Días de asombro y desesperación vive la clase política, de tragedia la ciudadanía.
Elba Esther Gordillo advierte cuarteaduras en los cimientos de su imperio, ante las cuales -para su fortuna- sus adversarios se hacen de la vista gorda.
Vicente Fox sale a la palestra porque le gusta, pero también para mandar señales de entendimiento a Enrique Peña por lo que se ofrezca. Felipe Calderón, al parecer, duda en abrir el fuego político porque nada asegura que Josefina Vázquez reciba el beneficio colateral. Ella, a su vez, se pregunta si se rompió el timón después de haber dado el golpe. Enrique Peña pide elevar el nivel del blindaje de su campana de cristal para continuar su espectacular campaña. Y Andrés Manuel López Obrador busca a quién más extenderle su mano franca…
Entre el asombro y la desesperación de los políticos, la ciudadanía mira cómo se queman los bosques, cómo la corrupción es un fenómeno extrañísimo en México porque sólo hay corruptores, pero no corrompidos, cómo la deuda de los estados crece sin que nadie la pueda evitar, cómo los tráileres ponen su cuota de sangre, cómo el crimen desatiende la veda electoral y cómo la administración calderonista se encuentra indignadísima ante tanto desastre y ordena investigar a la Procuraduría General que, de seguro, presentará como presunta responsable a la Divina Providencia.
A muy difíciles problemas, Elba Esther Gordillo le ha encontrado solución. Cicatrices de toda índole le dejó construir su imperio político. Esta vez, sin embargo, percibe su fragilidad y se muestra desesperada, desposeída de la imaginación y la creatividad que más de una vez sellaron su actuación.
En la víspera de esta elección, la lideresa magisterial cometió cuatro errores que hoy comprometen la sobrevivencia política, cuando menos de su partido. Sobrecotizó el valor de su fuerza y no pudo continuar su alianza con el panismo ni asegurarla con el priismo. Calculó mal la designación de la dirección del partido, del príncipe de chocolate a la Presidencia y de la familia y los leales al Congreso y, ahora, están en juego el registro, las prerrogativas y la utilidad de su creatura política, el Panal. Minusvaloró el radicalismo de la disidencia interna en el gremio magisterial que, ahora, presiona su actuación hasta emparentarla con ella. Y, a esos tres errores, sumó el principal: avezada en el trato con los políticos, desconsideró el crecimiento de la corriente de opinión pública y de participación social, harta de su cacicazgo en la política educativa.
Hoy, a la emperatriz magisterial la asedian los problemas y, habiéndose soltado del trapecio albiazul, no halla cómo alcanzar el tricolor. Está en el aire, la red de protección es el sindicato, no el partido y olfatea el peligro. Su situación es de enorme vulnerabilidad pero, como no hay decisión política ni en la administración ni en el partido de la administración como tampoco en el partido tricolor para encararla y quebrar su poderío, Elba Esther Gordillo puede sobrevivir.
Hay una oportunidad para las organizaciones que exigen la mejora de la calidad educativa para desmantelar el imperio, pero falta el apoyo firme de Enrique Peña y Josefina Vázquez Mota así como de la administración calderonista para actuar ante la fragilidad de la maestra y darle esa oportunidad a la educación. Y es que estos últimos la odian tanto como la quieren.
Elba Esther Gordillo está frente a su propia evaluación política y no sabe qué contestar. Se desespera.
Sin desconocer su gusto por los micrófonos y los reflectores, Vicente Fox reaparece en escena. Su nuevo sketch, donde critica a su partido y saluda a Enrique Peña, se puede leer de dos maneras.
La primera lectura es la que sugiere el mismo comediante político: critica al calderonismo, a su partido y a su candidata al tiempo que saluda al priista Enrique Peña con el ánimo de provocar, a partir del desplante, una reacción positiva por parte de los suyos. Los quiero despertar, le dice a Pedro Ferriz. Suena bien.
La segunda lectura es de quienes lo conocen muy de cerca. Vicente Fox da por derrotada a Josefina Vázquez Mota y, sí, le besa la mano pero no se pone a sus pies porque, ante la evidencia, quiere tender puentes de entendimiento con Enrique Peña. No es para menos, ya ve al priista en Los Pinos y no quisiera verlo revisar el pasado, donde Martita, sus hijos y probablemente él no quedarían tan bien parados.
No deja de ser curioso que, ahora, el hombre de las botas le tema a las víboras prietas y a las tepocatas y pretenda encantar serpientes.
El administrador de la República, Felipe Calderón, va y viene, no sabe cómo salir del laberinto en que se encuentra.
Las cosas no se le han dado como quisiera. El resumen de su gestión es simple: ganó su elección sin conquistar el poder, perdió al partido sin ganar el gobierno y, por como pintan las cosas, la sucesión no viene como quisiera. La administración se le deshace entre las manos, el partido no logra articularse, la candidata no funciona, el crimen no respeta la veda electoral y la deuda de sangre es enorme.
En esa circunstancia, sacar la bazooka política -por decirlo como le gusta- con los "guardaditos" con que supuestamente cuenta, implica un riesgo: sin tener asegurado que con la cobertura de la artillería avance su candidata, la bazooka se puede convertir en boomerang y, entonces, el fuego graneado de hoy podría recibirlo de vuelta mañana. Y mañana, fuera de Los Pinos, sin la investidura ni los recursos de la administración, los días serán muy distintos.
Sacar o guardar la bazooka, he ahí la cuestión… sin desconocer que el primero de diciembre ya se vislumbra en el calendario.
Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota afinan y ajustan sus estrategias pero, en el fondo, no tienen muy claras las condiciones del terreno que pisan.
Saben que, después del debate, se intensificará el fragor, el fuego y el calor de la campaña electoral, reconocen como algo natural ese destino pero no tienen control sobre lo imprevisible y, hoy, lo imprevisible es lo más previsible en el paisaje político y social mexicano. Traen cara de asombro y gestos de desesperación frente a la compleja realidad que los avasalla, pero no acaban de entender la tragedia que vive la ciudadanía.
La ciudadanía sobrelleva su propia tragedia. Parte de ella propone protestar no yendo a las urnas, otra propone protestar yendo a las urnas. Rebota ante la calamidad de una clase política que frente al incendio social mira el fuego como si fuera el calor del hogar.

¿Qué pretende Mexicanos Primero?

Qué pretende Mexicanos Primero? Alfredo Villegas Ortega El Correo Ilustrado
¿Qué pretende Mexicanos Primero? ¿Es real su interés por mejorar la educación? Es obvio que los efectos positivos de ésta en la salud social es lo que menos les preocupa. ¿Qué tanto Televisa y los gobiernos azules o tricolores son los verdaderos corresponsables de la debacle educativa? ¿De dónde viene la autoridad de Mexicanos Primero para hablar de educación?¿Desde cuándo piensan diferente Elba Esther y Claudio X? ¿No calificaron juntos a las escuelas normales como cunas de todos nuestros males? Elba Esther se opone a la evaluación de los maestros, porque le quiere facturar el acuerdo al siguiente gobierno.
Mientras los vientos de la oligarquía se enfrenten o encaucen con un sindicalismo corporativo, la calidad de la educación será un pretexto más para dirimir el poder. Los malos programas educativos, la vieja infraestructura, la descomposición social, los bajos salarios, el SNTE y el monopolio televisivo impactan en la calidad educativa: esto no es responsabilidad de los maestros. El responsable es el gobierno federal. Las instituciones formadoras de maestros reclaman más presupuesto y atención. Los criterios para ingresar a las normales limitan a las clases populares que ven en la educación una ruta para moverse en el escalafón social. Hay una despiadada política de exterminio que señala a las normales como focos de insurreccción, dejándolas a su suerte con presupuestos magros y exhibiéndolas en las pantallas de un monopolio televisivo que ha contribuido, durante varias décadas, al analfabetismo funcional de muchos mexicanos.
Debemos estar atentos al discurso de los candidatos para ver cuál es su propuesta concreta para mejorar la educación. Con una transformación educativa, de fondo, con sensibilidad social y no bajo la lupa y dirección de fundaciones que ven la educación como negocio, podremos empezar a mejorar. México no es un reality show. ¿Mexicanos Primero? ¿O mexicanos de primera y segunda? Ya basta.
Mtro. Alfredo Villegas Ortega

Evaluacion universal: farsa intimidatoria

Manuel Martínez Morales – martes, abril 24, 2012
El miércoles 1º de junio de 2011, con un acuerdo que obliga al millón 200 mil maestros de educación básica a someterse a evaluación cada tres años, el presidente Felipe Calderón refrendó su alianza con el sindicato magisterial, o más bien con Elba Esther Gordillo.
Según el acuerdo, esta evaluación se aplicará a todos los profesores de escuelas públicas y privadas de manera escalonada. Se pretende que en el actual ciclo escolar tocará el turno a los docentes de primaria; en 2012-2013, los de secundaria, y en 2014-2015 los de educación inicial, preescolar y enseñanza especial.
Los resultados de las pruebas serán utilizados para premiar a los maestros a través del Programa de Estímulos a la Calidad Docente y de Carrera Magisterial.
Cuando Felipe Calderón y la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, declaran que la evaluación de los maestros es indispensable para elevar la calidad educativa, deben encenderse las luces de alarma. Y es que cuando estos personajes hablan de evaluación es que algo traman, y en el fondo se refieren solamente a un aspecto limitado: a la medición –mediante la aplicación de pruebas de opción múltiple– de quien sabe qué rasgos de los sujetos a evaluar. Por otro lado, la aplicación de exámenes de distintos tipos, que se hacen pasar por evaluaciones (exámenes Ceneval, la prueba Enlace, etcétera) se ha convertido en un mecanismo de intimidación y control dentro del sistema educativo mexicano.
Si bien se hacen críticas diversas sobre la pertinencia de estas supuestas evaluaciones, rara vez se aborda el tema desde una perspectiva técnica; esto es, partiendo de la pregunta de si estos exámenes cumplen con las normas técnicas mínimas de confiabilidad, validez, robustez y otras dictadas por la teoría psicométrica y la praxis pedagógica. Sin el respaldo de estudios técnicos apropiados, estas pruebas constituyen un engaño y convierten la evaluación educativa en una farsa.
El especialista en educación y ex rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Manuel Pérez Rocha, ha señalado que una auténtica evaluación formativa debe estar asociada a una autoevaluación y a la evaluación de los colegas próximos. Toda pretensión de control masivo y centralizado, como esta evaluación universal y la ya operante prueba Enlace para los estudiantes, hace imposible la función formativa de la evaluación, e incluso genera efectos perversos. Ya hoy –continúa Pérez Rocha– se ha empezado a desarrollar un pernicioso comercio de guías, exámenes modelo y materiales de apoyo que supuestamente preparan a los estudiantes para la presentación de esos exámenes estandarizados. En Estados Unidos el mercado de este tipo de materiales es ya un negocio multimillonario. No tardará en desarrollarse un mercado semejante para la evaluación universal.
Al asociarse la llamada evaluación universal con el Programa de Carrera Magisterial y el de Estímulos a la calidad docente se introducen otras discusiones de fondo de gran trascendencia. ¿Es el dinero el estímulo adecuado para lograr el mejor desempeño de un maestro? ¿Qué podemos esperar de un maestro cuyo compromiso por formar bien a sus estudiantes depende de compensaciones económicas? ¿Debe ser la carrera magisterial un mero escalafón?
Como resultado de la evaluación universal la SEP pretende obtener información para conducir a los maestros a trayectos formativos que se ofrecerán a los participantes de escuelas públicas. Lamentablemente, no contemplan el mecanismo de formación más importante y fructífero: el análisis que los maestros deben hacer de sus propias experiencias, la discusión con sus colegas y la generación de soluciones apropiadas para cada circunstancia. La mejor formación de los profesores es la que puede darse en su trabajo y mediante su trabajo en condiciones adecuadas y con los apoyos técnicos y pedagógicos necesarios, concluye Pérez Rocha.
El SNTE traicionó a los maestros al aceptar un modelo de evaluación que en los hechos agrava la inequidad, pues no toma en cuenta los diferenciales socioeconómicos de los alumnos ni las condiciones de infraestructura de las escuelas, aseguró Olac Fuentes Molinar, ex subsecretario de Educación Básica e investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).
El nuevo modelo de carrera magisterial, y la evaluación universal de docentes y directivos –afirma Fuentes– premia al que tiene las mejores condiciones y castiga a quienes enfrentan las peores. Es evidente, insistió, que estas acciones sólo refuerzan la desigualdad y empobrecen de forma terrible la idea de lo que debe ser un maestro de calidad.
Ahora, veamos a partir de un ejemplo concreto y desde una perspectiva técnica, lo que esto significa.
En Estados Unidos desde hace algún tiempo se aplican en la evaluación educativa los llamados “modelos de valor agregado” (value-added modeling), empleados en la obtención y análisis de datos en distintos momentos de alguna evaluación en el ámbito educativo. En particular, estos modelos han sido utilizados para evaluar el desempeño de los maestros, generalmente a través del rendimiento académico de sus alumnos, a veces complementado con exámenes aplicados a los propios maestros. Y aquí en México –original como es la burocracia nativa– la evaluación universal se basa en una calca de dichos modelos.
Existe controversia sobre el uso de estos modelos, pues este tipo de mediciones no considera factores que inciden en el desempeño de los maestros (antecedentes de los alumnos, tipo de escuela, estrato social, etcétera) y, por tanto, pueden resultar inapropiados. Estos modelos matemáticos son bastante complejos y fueron diseñados precisamente para intentar desentrañar cual es el efecto del desempeño del maestro en el proceso educativo, al margen de otros efectos que puedan confundirse con aquél.
Se ha puesto en evidencia que muchos de los factores que se creía influyen importantemente en la efectividad del profesor, en realidad no lo hacen. También se ha determinado que dar incentivos económicos a aquellos maestros con más experiencia y formación no tiene un efecto significativo en su desempeño, reflejado en el aprovechamiento de sus estudiantes.
Los resultados derivados de estos modelos no deben ser el único criterio de evaluación del maestro, que en todo caso debe contar en menos del 50 por ciento, dicen quienes han realizado estudios al respecto. Además se precisa que las mediciones (pruebas estandarizadas de opción múltiple) son muy cuestionables en cuanto a su confiabilidad y validez, y que dejan fuera aspectos cualitativos del proceso en el aula, así como antecedentes étnicos y culturales de los alumnos.
Lo apuntado es el resultado de un análisis y seguimiento minucioso sobre el empleo de estos modelos, por parte de agencias e instituciones estadounidenses. El Educational Testing Service –una de las instituciones con más prestigio en el campo de elaboración y aplicación de pruebas estandarizadas– ha concluido que los resultados de estos modelos no deben tomarse como los únicos elementos para evaluar el desempeño magisterial (Veáse J. Ewing: Mathematical Intimidation Driven by the Data; disponible en www.ams.org/notices/201105/rtx110500667p.pdf).
En el caso mexicano, sin estudios técnicos de por medio y todo basado en ocurrencias de la burocracia educativa, cabe cuestionar si depende únicamente del maestro que atiende al grupo evaluado los resultados que obtengan sus alumnos, o si el aprendizaje de éstos es resultado de un proceso de acumulación de conocimiento y, más relevante aún, si se reconoce y pondera la fuerte influencia que tienen sobre el proceso educativo las condiciones socioeconómicas y de infraestructura escolar que enfrentan los alumnos, y la respuesta es que no se hace, por lo que se trata de mecanismos que sólo agravan la inequidad.
Puedo concluir que la evaluación universal no es otra cosa que una farsa intimidatoria en contra del gremio magisterial y que además atenta contra sus derechos laborales, bajo la cubierta retórica de la evaluacionitis que tanto daño está causando en todos los niveles educativos y que (créanlo o no) constituye sencillamente un instrumento de control sobre los trabajadores académicos y los estudiantes, todo ello bajo el estandarte del capitalismo neocolonial, mejor conocido como neoliberalismo.
Es necesario dar cabida a las evaluaciones serias, bien fundamentadas, del sistema educativo en su conjunto pero diseñadas y aplicadas –como debe ser– por los propios sujetos de los procesos educativos, es decir por los maestros y estudiantes; en quienes debe recaer también la toma de decisiones.
¿Y la burocracia y la maestra Gordillo? Pues que se vayan despidiendo que ya es tarde.

Hay que jubilar a la maestra

El Diario | 28-04-2012 | 21:22
Otra vez el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) pretende someter al Gobierno federal y hacer valer su posición como órgano rector de facto en materia educativa al negarse a que los maestros sean evaluados.
El país entero atestigua nuevamente la influencia nociva que la maestra Elba Esther Gordillo representa para la educación, luego de que la también dueña del Partido Nueva Alianza (Panal) propuso durante el último Consejo Nacional del SNTE, oponerse a la aplicación de la Evaluación Universal Docente, que conforme a un acuerdo previamente firmado por el sindicato y la Secretaría de Educación Pública (SEP) está programada para el 24 de junio.
El acuerdo fue firmado por el SNTE y el presidente Felipe Calderón desde mayo de 2011 y establece que los resultados de la evaluación serán considerados, igual que los indicadores de la prueba de Enlace, para acreditar los factores del Programa de Carrera Magisterial y por lo tanto repercutirán en los ingresos de los docentes.
La Secretaría de Educación Pública diseñó el instrumento de evaluación diagnóstica para capacitar a los maestros –de primaria en una primera etapa– en función de los resultados de la prueba, programando lo que llama “trayectos formativos” con diferentes cursos.
El calendario es clave porque se pretende arrancar con la capacitación en el ciclo escolar que iniciará en septiembre de este año y extender el programa para los maestros de secundaria en 2013, y en 2014 para los educadores de preescolar y escuelas especiales.
El objetivo planteado por la SEP es mejorar el desempeño académico de los maestros y su resultado con los alumnos a partir de conocer en dónde están sus debilidades y detectar además si hay congruencia entre los cursos que se ofrecen y los requerimientos de los docentes.
Sin embargo, el SNTE se niega hoy a cumplir el acuerdo argumentando que los maestros no han sido suficientemente informados sobre la Evaluación Universal (aunque se les entregaron informes desde el año pasado) y que no hay condiciones para implementar los procesos pactados con anterioridad, al menos no antes de julio de este año.
Además el sindicato se niega a generalizar la aplicación del examen para todo el profesorado, intentando restringir el diagnóstico a quienes estén inscritos en el Programa de Carrera Magisterial.
Coincidentemente, la negativa del SNTE se da justo en medio de las campañas políticas, coyunturas que la maestra Elba Esther Gordillo siempre ha aprovechado para obtener beneficios personales, para su gremio y hasta para su familia.
Ex priísta que se encumbró en el SNTE bajo el impulso de Carlos Salinas de Gortari, la maestra Gordillo operó en la elección de 2006 a favor del panista Felipe Calderón, lo que le permitió obtener una cuota de poder que no sólo le restó a la administración margen de maniobra sino que al final de cuentas se convirtió en freno a cualquier reforma estructural y mantuvo intocada la influencia del gremio magisterial en detrimento de la calidad educativa.
Distintivo de esos ignominiosos acuerdos fue la entrega que el Gobierno calderonista hizo a la presidenta vitalicia del SNTE de la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP, cargo que ocupó su yerno Fernando González hasta marzo de este año, cuando brincó por impulso de la misma Gordillo a la candidatura por el Senado en Sinaloa bajo las siglas del Panal.
Veleta en medio de una política de mercado, el partido de la maestra acompañó en 2011 en la derrota al PAN y Luisa María Calderón en Michoacán y después intentó maximizar sus rentas electorales en una pretendida alianza con el PRI y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para las elecciones federales del 1 de julio de este año.
El entonces dirigente nacional del PRI, el también profesor Humberto Moreira fue clave por su cercanía con Gordillo para construir los primeros acuerdos, cuando ésta había coqueteado previamente con actores de otros partidos que vivían sus procesos de definición interna, ofreciendo la fuerza electoral del magisterio como mercancía al mejor postor.
A punto de registrar candidaturas ante el Instituto Federal Electoral, los acuerdos con el equipo del priísta Enrique Peña Nieto tronaron porque la profesora pretendía demasiadas candidaturas para sus allegados (tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados) lo que impidió en varios estados negociar espacios con otros grupos priístas que reclamaban su inclusión al proyecto peñista.
Finalmente, el Partido Nueva Alianza cuya dirigencia formal depositó la maestra Gordillo en una de sus hijas (la secretaria general Mónica Arriola Gordillo) se quedó solo y tanto en la elección presidencial como en la contienda por escaños para el Congreso de la Unión deberá probar el tamaño real de su fuerza electoral.
Sin embargo, en esta coyuntura crucial sobre el futuro de ese brazo operador y de la cabeza de la propia lideresa (las encuestas le dan al Panal y a su candidato presidencial entre 1 y 2 puntos porcentuales, cifra esta última marcada por la ley electoral como umbral mínimo para que un partido conserve su registro) el programa por la calidad de la educación permanece como rehén de los apetitos políticos de la Gordillo.
Nadie quiere molestar al sindicato magisterial, paradigmático monstruo concebido en el esquema corporativista que ha sido uno de los mayores lastres para el país, al soportar un régimen laboral de privilegio, corrupción e ineficiencia a costa del erario y en demérito de una profesión que debiera ser puntal para el desarrollo social y económico de México.
Lo lamentable es que los demás actores políticos entren al juego de la dirigente del SNTE cuando debería aprovecharse el momento para sepultar su influencia y las dañinas prácticas que representa, precisamente porque está debilitada su fuerza y en duda la posibilidad de control electoral como contraprestación a las dádivas típicas del corporativismo.
Ya el presidente Felipe Calderón manifestó su deseo por la jubilación política de la maestra por lo que mal haría su administración en ayudarle a congraciarse con su gremio, cediendo a la pretensión de aplazar o cancelar los procesos de evaluación de docentes.
Es la hora de poner freno a los chantajes. En algunas partes del país, el sindicato de maestros ha llegado al absurdo de acompañar su demanda contra las políticas de evaluación, con la exigencia y la protesta pública para que el jubilado pueda heredar su plaza a quien él quiera.
La coyuntura política no debe dar espacio a la claudicación de potestades e iniciativas que busquen la mejora en la educación, tarea impensable sin indicadores que midan los procesos de aprendizaje, tanto en alumnos como en maestros.
En la contienda presidencial los candidatos en general se han manifestado a favor de la Evaluación Universal, aunque no todos con la misma contundencia.
Así lo consideró la organización “Mexicanos Primero”, instancia que ubicó a Josefina Vázquez Mota, la candidata panista que a su paso por la Secretaría de Educación Pública tuvo roces con Elba Esther Gordillo, como la más contundente en su postura a favor del programa.
En tanto, Enrique Peña Nieto, abanderado de la coalición Compromiso por México (que aglutina al PRI y al PVEM), ha cuidado, según esa organización “no irse a pelear con los maestros por su posición de delantera” aunque sí dijo estar a favor de implementar mecanismos que mejoren la calidad de la educación.
El candidato de Nueva Alianza, Gabriel Quadri, tomó posición del “sí pero con las condiciones que establece el sindicato”, mientras que el aspirante de la alianza Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, se manifestó “a favor de la Evaluación Universal y pidiendo un instituto autónomo para hacerlo”.
En ningún frente puede admitirse la tibieza para que el Estado recupere la rectoría en la educación ni tampoco es aceptable que el actuar en ese sentido esté condicionado al mero cálculo de una renta electoral para determinado partido.
En el escenario nacional hay condiciones para que las principales fuerzas y figuras políticas en contienda cierren filas a favor de la calidad educativa y tomen distancia de cualquier componenda o temor vinculado al ejercicio de poder de la maestra Gordillo.
Los electores y en general los ciudadanos de todo el país, hartos de que la grilla, la simulación, el conformismo, la protesta callejera o la comisión de tipo electoral se privilegien desde el SNTE y sus liderazgos en lugar de la práctica docente comprometida, seguramente valorarán un posicionamiento más decidido de todos.
No debe haber lugar para medias tintas cuando está en juego la construcción de una ciudadanía que se cultiva de manera especial en el aula –en complemento con la educación recibida en casa– y que es condición indispensable para que el país deje atrás sus atávicos rezagos.

Evaluación universal: visiones encontradas

Por Luis Hernández Montalvo
Lunes, 30 de Abril de 2012 | 07:38
La educación pública en México se ha convertido en un tema de campaña electoral. Los distintos partidos políticos la destacan en sus plataformas electorales y los candidatos recurren al tema de manera frecuente.
No es arriesgado afirmar que la educación pública es hoy un espacio de disputa política en la que intervienen visiones distintas; no solo de la educación, sino también de intereses distintos de orden económico y cultural. Cada una de las fuerzas y grupos de presión se han atrincherado desde la crítica a la escuela pública y quienes en ella trabajan, los maestros de educación básica.
En los últimos años; han surgido distintos grupos supuestamente integrados por ciudadanos preocupados por los resultados en el aprovechamiento de los estudiantes.
La sociedad civil que dicen representar, da cuerpo a intereses distintos y contrapuestos.
Así el grupo “Mexicanos Primero”, representa los intereses corporativos de Televisa y desde este membrete supuestamente civil; reclama mayor vigilancia y control del trabajo docente, pero en ningún momento aceptaría que el Congreso de la Unión intente normar los contenidos de su programación, para elevar el nivel cultural de la sociedad. En este sentido, podemos afirmar que lo que la escuela hace en las aulas por la mañana, las televisoras lo destruyen con su programación.
Dicho en el mismo sentido: las escuelas pública o privada no pueden competir con el principal educador de la sociedad mexicana.
Mexicanos Primero, Educación a Debate; Coalición Ciudadana por la Educación y Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación cuentan con un servicio especial por parte de las televisoras y sus conductores, que desde distintas visiones y diagnósticos opinan sobre el trabajo de los maestros.
Desde los distintos foros públicos y en las redes sociales ejercen su influencia, critican, cuestionan y proponen reformas a la Ley General de Educación; como ocurre con la Coalición Por la Educación, que ya se atrevió a enviar una iniciativa de ley para que los Senadores de la República aprueben la reforma a la Ley para crear un “Servicio Profesional del Magisterio”.
Visiones e intereses distintos se disputan el control de la escuela pública desde el trabajo de sus maestros, los contenidos que este debe enseñar en las aulas y para reforzar sus presiones, exigen mayor “vigilancia ciudadana”.
Del otro lado los maestros están arrinconados y temerosos, excluidos del debate sobre su materia de trabajo y sin posibilidad de generar iniciativas propias.
La Secretaría de Educación Pública ya demostró su incapacidad para intervenir en los asuntos que son de su competencia; al igual que los profesores, se muestra sumisa y remisa ante los reclamos de las principales corporaciones, que no están interesadas en el rumbo de la educación de los mexicanos, pero que les preocupa la fuerza acumulada por la presidente del SNTE en el plano de la política y en los negocios de la economía; que como la de sus detractores tiene el mismo origen.
Estamos ante una real disputa por la nación y en esta pelea, la propaganda juega un rol muy especial. Los maestros no tienen una representación sindical que vele por sus intereses. El SNTE no es un sindicato de los trabajadores, sino una pandilla burocrática que; en nombre de sus afiliados, ejerce tráfico de influencias, secuestra uno de los principios fundantes del sindicato al desconocer la libre militancia individual partidista y crear –con el apoyo de la clase política del país- al Partido Nueva Alianza, quien a su vez vulnera nuestras leyes e instituciones democráticas.
¿Por qué son el SNTE y los maestros la fuerzas que enfrentan los embates de los grupos que ejercen el poder de facto en el país? Por una sencilla razón, el SNTE, es la única fuerza sindical con una estructura formal y con influencia en la clase política, con un poder económico que administra la familia de la presidente del CEN del SNTE. ¿Dónde quedaron la poderosa CTM y el del Congreso del Trabajo? ¿Dónde el sindicalismo corporativo que desfilaba el Primero de Mayo mostrando su músculo frente al poder compartido? ¿Y el llamado sindicalismo independiente, más contestatario qué propositivo?
Los trabajadores, la clase obrera y los profesores no cuentan con una práctica sindical que les permita enfrentar los retos de una reforma laboral que hará aún más precaria su existencia laboral en favor del capital. Cada sindicato ha ido cayendo sin contar con la solidaridad de la clase.
En el SNTE, la unidad que se mostró en otro tiempo está fragmentada, su balcanización en múltiples sindicatos independientes o estatales. 1 millón 700 mil trabajadores son un número en el SNTE que sirve para negociar la creación de un partido escriturado a la familia de la maestra Elba Esther Gordillo Morales –como suelen llamarla eufemísticamente los medios de comunicación- o para reclamar quincenalmente-mensualmente las cuotas que se descuentan a cada trabajador; pero nada más.
La Evaluación Universal a los maestros de educación básica, es un pretexto para destruir el cascaron del SNTE y nulificar la influencia política de su presidente y en esta realidad y en este plano no hay voces que convoquen con autoridad moral a construir una reforma a fondo de la educación pública. Todos: líderes sindicales –institucionales y democráticos- todos defienden la misma cultura de inmoralidad que ahora se reclama como derecho y conquista sindical; como la venta de plazas y la herencia de las mismas.
Todos, desde la mesa de las negociaciones o desde los gritos en la calle, todos estamos en el mismo camino de la destrucción del sindicalismo, del derecho de los trabajadores a organizarse gremialmente y la negativa de la aplicación de la evaluación universal en el presente ciclo escolar por parte de Elba Esther Gordillo, es un recurso retórico y electorero que busca desesperadamente salvar el espacio político del Partido Nueva Alianza, antes de entregar al SNTE a las fuerzas más conservadoras del país.
En esta aventura, la educación pública y sus maestros silenciados pierden más de un siglo de tradición y de esfuerzos de varias generaciones de educadores en la construcción y fortalecimiento de la escuela pública. (30-04-2012)